martes, 31 de julio de 2007

Entre diseños, pensamientos, miedos, locuras y pare usted de contar



Nota Previa: Tenías muchas cosas en la mente de las que quería hablar, pero a final de cuentas, decidí no hablar de ninguna de las anteriores. Vamos a ver que sale de estas palabras, de estos pensamientos, de estas locuras.

Pensé en hablar de los miedos de la gente, del miedo a fracasar, del miedo a empeorar las cosas hablando, de hacer un desastre callando lo que no debe ser callado.

Pensé en hablar de los momentos de paz siempre necesarios en el día a día, en esos momentos en los que buscamos controlar nuestra alma rebelde, en los que descansamos de nuestras batallas, aquellos momentos necesarios para entender que vale la pena seguir luchando.

Por un momento pensé en hablar de las locuras que hace la gente cuando no sabe qué hacer, en las malas decisiones que se toman en los mejores momentos, en las buenas que con el tiempo se convierten en malas.

Iba a empezar a hablar sobre aquellas experiencias que conllevan un aprendizaje, sobre aquellas que conllevan una sonrisa, sobre aquellas que sin querer nos hacen llorar.

Pero decidí no hablar de nada.

Decidí no hablar de nada porque no es necesario que las palabras expresen más que las miradas.

Decidí que está de más hablar en momentos en los que las palabras se agarrotan en la mente, en las que lo único que quiero es escuchar mi propia voz, en entender mis propias acciones, en las que recuerdo, pienso, planifico, decido y actúo...

Hace poco escuché una gran frase: "Este es un bello momento, no lo arruinemos hablando". Creo que las palabras sobran en este momento (por lo menos para mí). ¿Qué hacer entonces cuando las palabras sobran? Empezar a hablar, a sonreír, a escuchar, a actuar, a vivir, a respirar, a ser feliz, a estar triste.

En otras palabras, se empieza a ser.

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