martes, 31 de mayo de 2011

Originalmente Incorrecto, Actualmente imperfecto

Voy a hablar sobre un tema que en el contexto social en el que me desenvuelvo es más frecuente que ir al baño. pero así como ir al baño, nadie habla de ello, pero todo el mundo lo hace.


Voy a hablar de un tema tan sensible que cualquier que no quiera seguir leyendo, lo invito a dejar de leer lo siguiente. Ahora, si por alguna razón quiere seguir leyendo, lo prevengo, voy a hablar mal de todo lo que crees que está bien.


Después de asustar a todo aquel cobarde que no quiere leer del efecto que tiene la presión social sobre todos nosotros, me quedo con el lomito.


No entiendo por qué, en algún momento de mi vida, caí en cuenta que gran parte de las decisiones que tomamos tienen un componente de presión social.


Desde que somos niños, se nos inculca que:

  1. Nos deben gustar las niñas (Y dios nos cuide de que nos guste nuestro mejor amigo, porque vamos a quedar fichados de por vida)
  2. Cuando terminamos el bachillerato, que debemos estudiar alguna carrera (porque para ser un hombre/mujer de bien, se debe estudiar mucho)
  3. Que debemos casarnos "antes de que se nos pase la hora" (porque sino siempre seremos el familiar solterón del que toda la familia conversa eternamente en cualquier reunión/parrillada/comida) 
  4. Debemos tener hijos (porque al igual que nuestros padres/tíos/familiares tenemos que dejar de ser el "Sr. Fulano" para ser el "Papá de Fulanito")
  5. Debemos acumular todas las deudas posibles para adquirir elementos que nos conllevan a una felicidad material (Porque el capitalismo/comunismo/socialismo sigue dependiendo del dinero para adquirir bienes)
  6. Es necesario trabajar como un burro cobrando un miserable sueldo hasta que lleguemos a un puesto gerencial (que en este país implica trabajar mucho más para pagar las deudas acumuladas).
  7. Las vacaciones tienen una planificación estructurada y repetitiva (porque los lugares vacacionales existen y hay que asistir a ellos)



En fin, ya entendieron que existen patrones pre-definidos.


Y si por casualidad eres el anormal de la familia, la presión social hace lo imposible por llevarte nuevamente al camino estructurado previamente...


¿O es que ninguno tiene una prima/hermana/conocida que después de cierta edad lo único que le pregunta es "¿Y cuándo te casas?"?


O peor aún, nunca han tenido un amigo homosexual al que le preguntaron: ¿Y nunca has tenido una pareja del sexo opuesto?


Necesitamos una estructura mental de cómo deben ser las cosas, y lo que se sale de esa estructura, cae en nuestro espacio de "Tabú" en donde tratamos de encajar nuestras creencias a una nueva realidad.


¿O es que nunca han conversado con alguien de lo extraño que es alguien que no estudió (o no terminó sus estudios) y es exitoso? Y lo peor aún, hablamos de que es un atípico, un anormal que se sale de la regla y que por "suerte/leche/casualidad" todo le salió bien.


Pues lo peor de todo es que al pensar en cada uno de estos puntos, te conviertes en parte de la presión social, por lo que te digo a tí, a mí, y a todos algo simple:


Estimada Sociedad, lamentablemente ya formo parte de la "presión social" de alguien más, así que no me sigas jodiendo, la verdad estoy un pelo cansado de ser todo lo que todo el mundo espera de mí, así que me voy a tomar un descanso de lo que llaman "políticamente correcto" y voy a ser "lo que a mi me dé la gana de ser".


Lo peor, es que creo que por tanta presión social creo que se me olvidó que era lo que quería ser...


pp

viernes, 27 de mayo de 2011

El arte de la causalidad

Pues estuve de sabático.

En todo el amplio sentido de la palabra.

Es decir, que mi cerebro decidió irse de vacaciones a ver que encontraba de nuevo, así que me puse a funcionar en automático y me desconecté de todo lo que implicaba reflexionar (que para todos los que me conocen, implica que hablo más que de costumbre, pero soy más reservado en lo que realmente pienso).

Pero la realidad es que me hace falta escribir mi opinión del mundo.

Me hace falta escribir que opino de las locuras que me rodean. Sin importar si realmente alguien me lee o simplemente estoy hablando de locuras.

Pues dado que no creo en las casualidades, sino en las causalidades, hoy alguien a quien estimo me preguntó por un tercero que quiere saber de mis blogs, y cuando revisó cuando fue la última vez que publiqué, me dije a mi mismo: "Es momento de volver a escribir"

Así que he vuelto, y vuelvo con más ideas locas que nadie más parece entender, pero que cada quien toma por su cuenta.

Agárrense, que voy de bajada.

P.D. En el título hablo del arte universal de hacer el comentario/acción/gesto/metida de mano/etc justamente en el momento en el que se necesita. A esa persona, gracias. Me despertaste del shock