martes, 20 de agosto de 2013

LLévala con Orgullo

Quiero que se imaginen lo siguiente:
 
Un señor de más o menos 60 años, haciendo parrilla (o barbacoa como dicen en algunos países), con una cerveza en la mano y hablando acerca de cualquier cosa con un buen amigo...

¿Se lo imaginan? ¿Lo tienen en la mente?... Pues dense cuenta de algo que lo llena de orgullo y no le importa:

Esta sacando la barriga!!!!!!

¿Por qué estoy hablando de alguien sacando la barriga con orgullo?

Porque es en la sencillez en donde encuentro los momentos de más felicidad.

Todos en algún momento (a menos que tengamos una depresión crónica) hemos sido felices, y sin importar el cuándo, el donde, el porqué ni el cómo, siempre recordamos lo simple y hermoso que fue el momento.

No digo que el señor con barriga sea hermoso (particularmente ese tipo de comentarios no son típicos en mí), pero lo que si puedo asegurar es que esa persona está en su momento. No importa lo que ocurre, en el momento en el que saca la barriga (panza como se dice en mi pueblo), está orgulloso de lo que es, de donde está y del momento.

Y he ahí mi reflexión: Todo el mundo tiene un orgullo que no es capaz de expresar abiertamente. Yo no recuerdo el primer comentario de alguien que diga "Estoy orgulloso de mi panza" (Antes que alguien de mi país empiece con el cuento de que sí es posible y entre en discuisiones, recuerden que cualquier momento en el que han hablado maravillas de su barriga "cervecera" han estado bajo mucha presión y la solución ha sido ser cómicos al respecto), más aún, siempre siento que hay un deseo de hacerla desaparecer, y dada la presión social que existe por ser delgado, bello, rubio y totalmente masificado, pues no me extraña que la gente siga escondiendo el orgullo.

Siendo una persona que históricamente ha sido "delgada" y que ahora tengo una barriga cervecera (cómo negar la triste realidad), también he estado bajo la presión de esconder mi panza, hasta que hace pocas semanas ví algo que aún cuando siempre he tenido a la vista no había detectado:

Una barriga embarazada es algo de total orgullo. No conozco al día de hoy una mujer embarazada que no esté orgullosa (algunas más, otra menos) de su barriga. Nadie juzga a una mujer embarazada, porque al final de cuentas, como especie, juzgar un embarazo es juzgar la supervivencia de la raza humana.

¿Y a qué viene todo esto?

A una simple y clara reflexión: todo en la vida es un tema de percepción...

Así que la próxima vez que te veas al espejo, piensa en el señor que está haciendo la parrilla, piensa en la señora embarazada que camina por la calle, piensa en el corredor y el momento en el que nada de eso importa, solo importa que estés orgulloso de lo que eres.
 
Yo estoy orgulloso de mi panza, ¿y tu?

jueves, 18 de julio de 2013

Comprensión

Nota Previa: Tengo días pensando si publicar o no esto. Es una simple historia que regresó a mí después de haberla olvidado durante bastante tiempo. A ver qué opinan...

Comprensión

- Anoche volví a soñar contigo - Trataba de no levantar los ojos - Nos besamos - Sus ojos seguían evadiéndome, como siempre ha ocurrido cuando hablamos de ese tema.

- Tienes que dejar de soñar con esas cosas - Una respuesta fría, sin sentimiento - Eso nunca ocurrió - Levantó la mirada - Tu no querías que ocurriera, por lo que nunca ocurrió - 

- Lo sé - no puedo dejar de respirar profundo, casi como un suspiro - pero fue un sueño demasiado nítido, como cuando soñé que él te besaba por primera vez - En mi interior la ira volvió a aparecer - Antes de que me lo dijeras, antes de que te viera - Demasiada melancolía para una frase, parece sacada de telenovelas o dramas muy rosa.

- La verdad es que no importa ya - Respondió ella - estamos demasiado separados como para volver a hablar del punto - Era una posición firme, lo notaba por el tono de voz - Tú decidiste que eso no iba a pasar nunca, preferías ser el hombre correcto, el intachable, el de los valores inquebrantables - Había mucho remordimiento, ya la conversación tenía tono de drama de las novelas del mediodía - Preferiste que nada ocurriera antes de que si quiera yo pudiera responder -.

- Si - aceptar las derrotas es mi gran don - y no quiero volver a abrir las heridas - mi tono es más firme ahora que el tiempo ha pasado - simplemente te comentaba que había tenido un sueño, y que recordaba que en el sueño nos besábamos - No encontraba palabras para explicar lo que sentía - Pero era un beso extraño, en una situación completamente loca - Sonrío - cómo cualquier sueño, en donde nada tiene sentido -

- ¿Y para qué me lo cuentas entonces? -

- Porque me quiero desahogar - Lo digo tan rápido que apenas escucho lo que digo - Hay algo profundamente destruido en mí - Definitivamente voy a tener que buscar la forma de grabar esto, ya tiene forma de escena romántica de alto presupuesto - pero no dejo de pensar en que detrás de todo eso de dejar las cosas porque serían ir en contra de mis principios lo que hay es mucho miedo -

- Eres demasiado complicado - Sonríe - Por eso tal eres como eres, por complicado - Con un gesto que no logro decifrar me trata de decir algo que no entiendo - a ver, ¿qué fue lo que soñaste? -

"Estabamos en una ciudad europea, la ciudad era extraña, era muy verde, con muchos jardines, con edificios bajos y no muy altos. Por alguna razón yo estaba patinando - Si, yo patinando, algo que no hago hace 15 años - y por casualidad me encontré contigo... Paseamos juntos por mucho lugares, pero recuerdo claramente una especie de librería/café/catedral desde donde se veía un inmeso jardin y la ciudad de fondo... De repente vimos un huracán venir y antes de escapar te dije "Un beso por si acaso", tu me evadiste, yo me molesté, y en tus ojos se vió la resignación y escuché las palabras "Está bien, pero es el único y último". Te besé ligeramente, sin mucho apuro".

- Fue un beso corto y enseguida desperté -

- ¿Eso fue todo? Realmente estás haciendo un mar de problemas de un simple sue... - Se detiene en medio de la oración - Creo que tuve el mismo sueño en algún momento 

Nos quedamos mirando, como si algo inmenso que estuvo separandonos desapareciera, como si volviéramos a ser los mismos otra vez.

Pero nuevamente yo desvío la mirada, por miedo, por terror, por odio, por cualquier sentimiento de honor que queda en mi mente, y el muro invisible que nos separa se vuelve a levantar.

Y al mirar hacia adelante despierto nuevamente en mi cama.

Y el día empieza.

jueves, 13 de junio de 2013

Estado Emocional

Pues el tiempo pasa y ya son 6 meses desde que estoy por aquí.

Quitando un viaje relámpago a Venezuela, tengo 6 meses aquí en panamá. Realmente no me puedo quejar.

He de ser honesto, el cambio ha sido bueno para mí. He recuperado bastante de la paz que me hacía falta y creo (y pongo bastante énfasis) que mi esposa está bastante más feliz, ahora que no la están tratando de robar todo el tiempo.

Debo serles honesto y franco, despegarse de tu país y volver a empezar es alto realmente complejo, pero la verdad es que he estado haciendo trampa: Nuestra familia ha venido un par de veces, y con ellos, ha venido un buen "contrabando" de antojos que no podemos dejar de necesitar. Siempre me pareció curioso cuando una vez un amigo que iba a visitar me dijo "Trae Pirulines!". La próxima vez que lo vea lloraremos juntos por la falta del Pirulin en el extranjero.

Ahora, quitando el aspecto "culinario", quería comentarles algunas cosas que he aprendido:

1. NO IMPORTA DONDE ESTES, TODOS LOS VENEZOLANOS TIENEN UN CUENTO DISTINTO DE SU LLEGADA. Así como yo les comenté acerca de mis experiencias con la limpieza del hogar (debo decirles que al final me llegó un embarque de coletos y dí por finalizada mi lucha contra la mopa), cada historia es distinta. Sería injusto explicar cualquier historia por separado, pero lo que si he visto es una gran variedad de situaciones que me hacen pensar que el venezolano es aventurero por naturaleza.

2. EXISTEN PERSONAS A LAS QUE LOS EXTRANJEROS NO LES GUSTAN. Aunque les parezca extraño (sobre todo si han viajado únicamente por placer), a muchas personas no les gustan los extranjeros, y más aún, te colocan por debajo de la persona local. Dado que en mi país y mi contexto social siempre hemos sido muy cordiales con las personas, este comportamiento me ha parecido de lo más curioso.

3. TENEMOS ACENTO! Como lo oyen… Siempre me pareció curioso que el acento neutro de las novelas y programas internacionales se pareciera tanto al acento venezolano, pero la realidad es que eso es un mito tan grande  como cualquier otro. Tenemos un acento característico (más allá de los acentos propios de cada región) que nos distingue como venezolanos.

4. LA MALICIA SE VA DESAPARECIENDO. El venezolano, por su educación en tiempos relativamente violentos, llega a un país muy desconfiado de la gente, lo que hace que sea muy difícil conocer a cualquier persona. La verdad es que con el tiempo, al estar en un país menos violento, el contexto cultural hace que bajes las defensas (un poco al menos). Eso genera un choque cultural inmenso (sobre todo a uno que está acostumbrado a no confiar en nadie). Recuerdo que un amigo que vive en europa me comentó justamente de eso, tengo que recordar decirle que tenía mucha razón.

5. LO BIEN QUE TE VA A IR DEPENDE DE LA BUENA ACTITUD QUE TENGAS. Conozco grandes personas que se fueron basadas en el contexto político de mi país, conozco otras que se fueron simplemente por la oportunidad, conozco personas que no se querían ir pero tuvieron que hacerlo. La verdad es que no importa la razón por las que emigras de tu país, lo que importa es con qué actitud llegas a tu nuevo "hogar"

Finalmente, les comento que tengo la fuerte convicción de cerrar el punto de la migración con este post. Siempre estoy abierto a conversar y ayudar a todo aquel que quiera saber sobre lo que significa irse de su país de origen. Indudablemente comentaré alguna que otra cosa en mis próximos escritos, pero la realidad es que el tema ya es agua debajo del puente (por los momentos).

martes, 7 de mayo de 2013

Cree en lo que haces

Me fascinan los retos.

Tal vez por eso me casé con la mujer más compleja que conozco. Puedo asegurarles que para aburrirse con ella es algo realmente complicado. No significa que ella no se aburra, pero por lo menos no recuerdo la última vez que estuve realmente aburrido con ella: siempre tengo que estar pendiente, porque las señas cambian todos los días. Creo que acabo de resumir una característica importante de las mujeres (lo imprevisibles que pueden ser), pero en mi caso, mi esposa es la más complicada de todas. Aunque puede sonar como algo negativo, es todo lo contrario.

Pero eso no es de lo que quiero hablarles. Como cosa rara me volví a desviar de lo que quiero hablarles.

Quiero hablarles de un par de experiencias que me han formado y que me han hecho aprender demasiado en la vida.

Laboralmente, siempre mi trabajo ha sido resolver problemas. Usualmente con base tecnológica, pero problemas al final.

Es un trabajo interesante, y mientras hay problemas nuevos, retos nuevos, me siento motivado a seguir aprendiendo y siendo lo mejor que soy. Tal vez por eso fue que desde hace algunos años apoyo emprendimientos en múltiples niveles.

Debo serles honesto: Tengo un gran respeto por el concepto de emprendimiento. Conozco grandes emprendedores en el área de tecnología y no quiero ponerme ni remotamente en su mismo nivel.

Pero quiero contarles mi perspectiva acerca de los dos últimos emprendimientos en los que he estado.

El primero fue un emprendimiento culinario: Siendo un aficionado al buen comer, siempre me ha parecido interesante el mundo de la cocina. Como buen ignorante del negocio de los restaurantes, pensé que un chef ejecutivo era un sujeto que se encargaba de crear los mejores platos, diseñar el menú y cocinar en momentos claves. La verdad es que eso sólo comprende un 1% de lo que significa ser un chef ejecutivo.

Un conocido que es chef (por educación y experiencia lo llamo así, aún cuando él odia el término) me comentó una vez de su idea de montar un "laboratorio culinario", donde el producto era crear un menú desde principio a fin para vender a restaurantes de comida ejecutiva (Dígase de lugares que ofrecen comida relativamente económica con un contenido nutricional mayor que cualquier cadena de comida rápida). En Venezuela estos lugares son variados y con alto nivel de penetración en el mercado, pero con un nivel de fidelidad muy bajo y poca capacidad de re-inversión (lo que se gana por cliente es relativamente poco).

Si bien no es mi área, me parecía interesante la forma de aproximarse a un problema que entendía que  era realtivamente común en su profesión, que es que la fidelidad de los clientes a un lugar de comida ejecutiva depende de dos factores: El precio o la variedad. Una propuesta de un menú de principio a fin con alto nivel de variabilidad, simplicidad y organización (es decir, entregar el menú, las recetas, el balance completo, la coordinación de compras y otro montón de cosas), buscando abaratar los costos al no tener que pagar por el proceso innovativo completo (es decir, no tener un chef en cada restaurante, sino gente menos formada y más barata) indudablemente generaba un atractivo para aquellos que deseaban invertir en lugares de comida de este estilo, donde los costos son usualmente un factor de peso.

Mi apoyo en este emprendimiento era simple: como era el que menos sabía cocinar, pero era el "ingeniero organizado" (el que me conoce sabe que esto no es realmente cierto) me enfocaba en el área "gerencial" de un menú: Calculaba los costos, buscaba opciones de los proveedores, apoyaba en la logística y me centraba en mantener los costos del primer "laboratorio" en los límites que nos impusimos (digamos que era el secretario y guerrero en la lucha de que la iniciativa fuera algo organizada). Como esto realmente no era mi trabajo principal, realmente invertía el poco tiempo que tenía ayudando como podía, a veces dejando el trabajo para un momento en el que era demasiado tarde (recuerdo un episodio donde se generó un menú el doble de caro de lo que debíamos por un desastre causado por no haber hecho una llamada en el momento correcto) y normalmente eso generaba problemas. Es más costoso arreglar algo que nace mal, así que ya entienden la situación.

El negocio realmente levantó con un par de clientes iniciales: Dos propuestas completamente distintas en donde la complejidad estaba en generar un producto de calidad a bajo costo (Dada la ubicación de los dos locales, el bajo costo era más importante que la creatividad del menú).

Estos dos clientes terminaron satisfechos con el trabajo y nosotros con una muy buena experiencia de cómo el negocio se podía ir desarrollando. En el apartado económico nos permitió colocarnos en una posición neutra: lo que ganamos pagaba lo que hacíamos.

En ese momento el hombre aburrido que llevo dentro despertó: Quería más.

Quería más de un negocio que estaba empezando y donde la verdad es que no tenía el tiempo para dedicarme de lleno (ese suceso chocó con un momento laboral fuerte de mi parte y un nuevo trabajo de mi amigo). En un momento llegué a pensar en dedicarme de lleno a esta iniciativa, pero como el valor que tenía el negocio estaba en otra mente, tuve miedo. Decidí reunir a las partes del negocio y plantear dedicarnos de lleno al negocio.

La verdad es dura, pero para simplificar una de las sesiones más complejas de mi vida en una frase: todos estabamos empezando a ver el negocio de manera distinta.

Mi amigo veía el negocio como una forma "extra" de ingresos, en donde podía experimentar y luego cobrar los experimentos a otro.

Yo lo veía como un nicho de corto plazo que sirviera de puente para re-pensar el negocio de la comida. Comentaba acerca de planes a mediano plazo, de ideas locas acerca de asociaciones con escuelas culinarias para utilizar a los estudiantes. Pensaba en asociaciones con distribuidores de comida para generar una cadena de suministro más ordenada y coherente.

Imaginen la siguiente escena: Un ingeniero tratando de explicarle un negocio de comida a un chef con una experiencia interesante en restaurantes de alto nivel en Venezuela. En Venezuela hay un dicho que dice "Qué va a saber un burro de pasta de dientes", lo que significa que estaba tratando de explicar un negocio completamente innovador en un área donde no sé nada, a alguien que viene de experiencias tradicionales en el negocio de la cocina.

No tengo que explicar mucho más de la reunión. Fue MALA por decir poco.

Al final me dí cuenta que cuando se emprende, la visión tiene que ser la misma, así que después de un fracaso bastante grande (con un costo económico de mediana envergadura), decidimos de muy buena manera (en serio), tomarnos un tiempo (suena muy romántico, pero la verdad es que no quedamos como enemigos, pero la amistad se vió bastante perjudicada).

Ahora que lo veo en retrospectiva, creo que me dejé llevar por el éxito temprano y quise buscar un reto más grande sin pensar en la visión de los demás. Al no conseguirlo, preferí escapar lo antes posible.

Esa experiencia me enseño muchísimo de lo que significa hacer negocios con alguien, por lo que en mi próxima aventura, busqué alguien en quien realmente creyera y compartiera mi visión.

Mi segunda experiencia de emprendimiento la tuve hace poco. Es un emprendimiento en educación, donde el planteamiento en su momento (hace un par de años) era radicalmente distinto. Era tan interesante, que no dejaba de hablar de ello. Me sentía como un vendedor de herbalife (disculpas a ellos, pero solo hablan de un tema), mi familia estaba un poco cansada, peleaba con la gente que no me entendía. Realmente era un vicio.

La persona que estaba emprendiendo era alguien a quien tengo en alta estima profesional, ya que fue una de las personas que más me enseñó acerca de mi trabajo y decisiones laborales en mi vida.

La idea era retadora y la verdad, era que el trabajo era bastante interesante. Me metí de lleno a apoyar en el aspecto creativo, en la construcción, en todo lo que pudiera apoyar, lo hacía. Estaba en mi elemento, haciendo algo en lo que realmente era bueno y con gusto. 

Mi error fue ser lo suficientemente inocente como para no leer la realidad aún cuando la tenía entre mis ojos.

Si bien invertía todo el tiempo que tenía y mi participación en el emprendimiento no era del índole económico, sino más bien, atada a lo que pudiera producir, la realidad es que estaba tratando de generar una solución sin el tiempo real para hacerla. Es algo frustrante tener la visión, la estructura y no tener el tiempo para hacer las cosas. No puedo dejar de pensar en los momentos en los que traté infructuosamente ponerme al día de toda la carga de trabajo pendiente, para terminar con nuevas ideas y más trabajo.

Y en el mundo del emprendimiento tecnológico, si te atrasas, alguien más llega antes que tú.

Mi familia siempre ha dicho que tengo la habilidad para adelantarme a los malos negocios, pero estaba negado a dejar a un lado algo que realmente me parecía una buena oportunidad.

La realidad golpea cuando menos lo esperas.

Ocurrieron muchos eventos consecutivos que me hicieron darme cuenta que este último emprendimiento no era lo que me convenía, si bien aún creo en él, dejé de ser feliz haciendo el trabajo, así que preferí hacer como los grandes jugadores en un casino y retirarme aún teniendo un par de fichas en la mano.

Al final aprendí que los negocios se deben tratar como tal: como un negocio. La felicidad en lo que haces es vital, pero si no ves que estás en un negocio, las cosas nunca terminan de funcionar. 

Al final creo que ambas experiencias siempre las traté como un hobby, como algo que hacía con mi tiempo libre a ver si lograba generar algo que valiera la pena. La verdad es que nunca las tomé con la seriedad que merecían, así que el resultado fue totalmente previsible.

No me siento como si hubiese fracasado, porque la verdad es que he aprendido tanto de ambas experiencias que no las tomo como fracaso.

Si siento algo de tristeza y molestia por no haber podido explotar dos grandes ideas.

Pero creo que eso forma parte de aprender a no aburrirse de nada, a entender que como todo en la vida, el esfuerzo y la recompensa deben ir de la mano y que nunca debo rendirme ante los retos.

A ver si no me aburro en la próxima.

miércoles, 10 de abril de 2013

Escritura Libre

Esto es lo que se llama escritura libre. Se basa en generar párrafos inconexos sobre diferentes situaciones.

La única regla es que dos parrafos no pueden ser el mismo tema. Es un experimento que busca poner todas las ideas que tiene uno en la mente en una sola página, a ver si existe alguna conexión entre todas las ideas (aparte del hecho de que todo lo escribí yo). Es un experimento que hago a veces, cuando tengo demasiado en qué pensar.

Vamos a ver que tal queda...
Tengo miedo de que mi trabajo no esté a las expectativas que existen de mi. He visto gran calidad en el trabajo de los deemás y la recepción inicial de mi trabajo ha sido buena, pero la realidad es que tengo terror de que en algún momento estalle la burbuja y en realidad no esté haciendo las cosas bien. Es un miedo a nivel patológico, que me imagino que disminuye con el tiempo, pero en este momento muero de miedo.
Quisiera expresar mi pensamiento acerca de las próximas elecciones y por qué creo que nuestro sistema político en Venezuela está roto: Seguimos buscando a un mesías, alguien que venga y resuelva los problemas por nosotros. Creo que Capriles quiere hacer lo mejor posible por hacer de Venezuela un mejor país, pero no sé si es la persona que merecemos como presidente. Merecemos a un Nicolas Maduro, porque él representa justamente lo que no queremos aceptar, que seguimos buscando a un mesías (con todo el complemento religioso que lo caracteriza). Así, si las cosas salen mal, sabemos a quien linchar directamente. Si elegimos a Capriles y las cosas salen mal (porque si algo es seguro, es que las realidades no se realizan únicamente con buenas intenciones), vamos a querer lincharlo, no porque haya salido mal, sino porque no era el mesías.

Ya tengo 5 meses aqui en panamá (cómo pasa de rápido el tiempo) y algo que tengo que aprender es a no perder el contacto con las personas que dejé atrás. Esta semana he estado bastante pensativo en qué será de esas personas, pero al realidad es que al no tener un punto de entrada, me da algo de pena hablar con la gente. Ayer hice un experimento (conversé con 3 personas que estimo mucho) y tuve buenos resultados, a ver si me pongo las pilas y cambio mi forma de relacionarme.

Me siento que est estancado a nivel intelectual. En los últimos años mi formación ha sido en áreas no-técnicas (diseño, resolución de problemas, etc.), pero siento que es necesario que dé el siguiente paso. Ya son 4 años desde que terminé el postgrado y siento que es hora de buscar algo nuevo. Me ha dado algo de miedo arrancar con un idioma (porque la verdad es que no sé cual), pero es hora de ponerme las pilas, me estoy quedando en el aparato.

Cuando inicié este blog, pensaba que iba a funcionar como el "pensadero" de harry potter (el que no sepa que es, por favor busquelo en google, realmente va a terminar queriendo uno), pero la verdad, el nivel de autocensura que me he impuesto en los últimos años empieza a rayar en lo ridículo. En los últimos meses he dejado de publicar artículos por el miedo a lo que pensarían los demás (tan intensa ha sido la autocensura que tengo par de meses completamente mudo, aún cuando he escrito al menos 3 o 4 artículos completos). Tengo que romper el ciclo, no sé que cambió en mí que ahora empiezo a preocuparme por lo que la gente dira... ¿qué vendrá después? ¿me empezaré a preocupar por mi aspecto? ¿me meteré a metrosexual?

Bueno, hasta aqui llego con la escritura libre. Es un ejercicio interesante. A ver que aprendo de él.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Reflexiones simples, conclusiones claras

Gente Realmente Divertida, no les ¿parece?
Nota Previa: Este es un post un poco más serio que de costumbre, creo que es la luna... luego regreso con algo más ligero. Y para no aburrirlos mucho les dejo una foto divertida de mi persona y mi esposa.

Mi papá es la persona más íntegra que conozco. Nunca en su vida ha buscado más de lo que le corresponde, siempre con un compromiso inquebrantable ante sus valores. 

Mi mamá es una de las personas más dedicadas y preocupadas por el bienestar general de mi familia, buscando ayudar en todo lo posible. No recuerdo la última vez que alguien en la familia no recibió ayuda de mi mamá en momento difíciles.

Mi hermano y yo fuimos educados con esos valores en primer lugar: Integridad y dedicación. Cada uno en su vida hemos aprendido lo difícil que puede ser mantener esas dos premisas (valores, tablas de ley, como lo quieran llamar) en todo momento.

Hoy tuve grandes conversaciones con personas que aún estando a la distancia, buscaban entender cómo que yo era como era. Buscaban entender no sólo las decisiones que tomé, sino como el trabajo que dejo detrás de mí es una muestra de bien que traté de hacer mi lo que me tocaba hacer. Me hablaron de cómo es importante no sólo obtener un resultado, sino que el esfuerzo no implicara ir en contra de lo que uno cree y le gusta.

Fueron tan interesantes las conversaciones que no me dí cuenta lo importante que eran hasta terminaron solicitando que los aconsejara. Nunca pensé que fuera alguien a quien pedirle consejo.

Sin entrar en detalles, hoy descubrí que tan profundas son mis creencias y valores. Al punto que me sentí realmente bien conmigo mismo. Hace un tiempo dije que me despedía de mi entorno en paz, pero siempre quedaba la duda de si realmente era una paz por desconocimiento (alguien me dijo una vez: "La ignorancia es atrevida e inocente"). 

Ahora estoy completamente convencido de que me fui en paz porque era el momento correcto de retirarme. El tiempo ha pasado (no puedo creer que ya tenga 3 meses desde que me fui), pero sigo estando seguro de que todo courrió por las razones correctas, en el momento correcto y con las personas correctas.

¿A qué voy con todo esto? (Se preguntarán los que aún leen)

A la irreparabilidad de las acciones que van en contra de los valores.

Yo puedo resolver muchas cosas en la vida (no puedo ni evitar la muerte ni fabricar dinero, lo siento para aquellos que me iban a escribir sobre el punto), pero algo que jamás podría reparar es el momento en el que voy en contra de mis valores.

Recuerdo una entrega de premios donde un ganador decía: Negocio todo, pero mis valores, jamás. Ese momento tuvo un impacto realmente fuerte en mi mente, ya que ha pasado mucho tiempo y sigo recordando el momento muy claramente.

Y si alguien me pregunta, ese será mi mejor consejo: 
 
Nunca negocies tus valores.