martes, 30 de junio de 2009

Cuando descubrí que la diversión no debe terminar


Hace poco alguien me hizo el comentario más preocupante del mundo

- ¿Sabes que la mayor parte del tiempo no sé si estoy trabajando o no? -

Mi cara de estupefacción no debe haber sido normal, porque el comentario siguiente fue

- No es que estoy trabajando como un burro y lo único que hago es estar frente a la computadora haciendo dinero... - Sigue mi cara de estupefacción, pero en mi mente se está formando la palabra "LOCO" - Es que estoy haciendo cosas tan arrechas y que me motivan tanto que no sé si en verdad estoy trabajando o haciendo lo que me gusta -

Mis queridos lectores, al igual que un grupo de ustedes, mi cara de estupefacción no dejó de estar presente, más aún, realmente sentí lastima por la persona que me hizo el comentario, aún teniendo en cuenta su cara de felicidad al hacer tal afirmación, dado que en ESE momento realmente pensaba que uno debe tener la capacidad de saber cuando está trabajando y cuando no. Es algo tan básico como saber cuando uno se está bañando, cepillando los dientes o comiendo.

Tu sabes que estás haciendo una actividad, no es que un buen día llegas y dices

- ¡Epa... como que estoy cepillandome los dientes y no me había fijado!

Pero como este espacio no se llama "El escritor lo sabe todo", he descubierto, a partir de la experiencia propia, que esta situación inusual me está pasando.

Hay momento en los que no sé si estoy trabajando o no.

Dado el momento de inspiración/innovación/emprendiemiento en el que estoy, el día de hoy estuve conversando con otra compañera acerca de cómo se define una idea, de mis experiencias, de mis propuestas de innovación, de cómo invertir, de cómo ganar, de como aprender a perder, en fin, una charla laboral orientada a nuevas oportunidades de negocio. Lo interesante del dato: Estabamos hablando dentro de mi carro en un congestionamiento de tráfico espantoso, teniendo una conversación totalmente informal (que lastimosamente no grabé y apenas pude escribí lo que recordaba) y sin ningún compromiso laboral. ESTABA TRABAJANDO Y NO ME HABÍA DADO CUENTA.

Haciendo un poco de memoria y observando lo que he estado ahciendo últimamente, estoy teniendo lapsos en los cuales no estoy 100% claro si estaba trabajando o no. Para serles honestos, estos lapsos de tiempo son recientes, creo más que todo porque no había pensado mucho en el tema.

No sé si a ustedes en algún momento les ha sucedido que habían estado comiendo y no se habían dado cuenta, pero he recibido el don de la experiencia a partir de una revelación personal, es decir, mi compañero no me estaba diciendo disparates ni nada por el estilo, más aún, me estaba enseñando el principio de una senda totalmente nueva para mí, pero que es evidente para otros:

La vida del empleado está atada a un empleo, la vida de la persona está atada a la vida.

Mientras piensan y opinan sobre esta revelación (Y sobre la locura de idea de hacer cosas sin saber siquiera si efectivamente se está haciendo algo) yo me voy a seguir haciendo lo que mejor se hácer.

Lo que quiero, cuando quiero, porque quiero, como quiero.

No hay comentarios: