martes, 4 de septiembre de 2007

El problema es que nada debe ser un problema



Nota Previa: Hay cosas que nos divierten, hay cosas que nos hacen llorar, hay cosas que nos hacen pensar y está este post.

Nunca logro que una mujer me diga exactamente que és lo que quiere, qué es lo que las hace feliz...

No logro que un hombre diga algo sin exagerar aunque sea un poquito...

No logro que un ingeniero piense como persona...

Y ni siquiera me esfuerzo por explicarle a una persona cómo es que debe pensar un ingeniero...

(Ahora todo el mundo pone la misma cara de no entiendo)

¿Y ES QUE ACASO IMPORTA?

Pues si.

Importa tanto que me he puesto a ver, pensar, analizar y comprender para que, llegado el momento, formule una de esas frases célebres que son considerables como un epitafio de vida(Y aquí es necesaria una fanfarria):

"Las relaciones humanas son tan simples como uno desee que sean"

Tengo que aceptar de que la idea es medio extraña de aceptar, pero a todo el que se la digo me dice que sin lugar a dudas es una verdad absoluta, por ende caigo en la elemental pregunta de: Si es una verdad, si todo el mundo está claro, si es algo relativamente fácil de aplicar, entonces, ¿por qué no ser simples en nuestra interacciones con el mundo?

Todo el que esté esperando la respuesta, le digo esto: no la sé. Yo creo (y es mi pura opinión), que el no poder aplicar esta verdad de vida es en parte que estamos tan acostumbrados a las sutilezas e indirectas que las cosas simples no las entendemos, tal vez por eso la respuesta a todo siempre es la más simple.

Para el que no esté esperando la respuesta (probablemente porque está tan loco como yo), le doy una palabra de aliento, una esperanza de que las cosas podrían ser mejores, o peores, o simples, o complejas, o locas, o con todo el sentido del mundo.

Ustedes deciden, a final de cuentas, eso es lo que lo hace simple: que la decisión queda en manos de cada uno...

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