lunes, 21 de abril de 2014

El valor de los valores

Algo que descubrí al aparecer mi deseo de ser padre es que no estaba seguro de la respuesta a:

¿Cuáles son los valores que quieres inculcar a tus hijos?

Ahora que voy a ser padre, no he dejado de pensar en eso todo el embarazo de mi esposa. Para ser precisos, 35 semanas.

Exactamente el tiempo que tiene mi esposa embarazada. Y es el tiempo que he estado pensado en buscar una respuesta.

Pues les digo un secreto a voces: Para mí, los valores lo son todo.

Siempre que hablo del tema de los valores viene a mi mente un discurso de aceptación de un premio en el que estaba: Recuerdo que una frase que me marcó fue “Se puede negociar cualquier cosa, pero los valores nunca”.

Desde ese día (hace varios años ya), he tomado muy es serio ese punto.

La verdad es que todas mis decisiones de vida (estudiar, casarme, tener hijos, renunciar, discutir con mi hermano, etc) se basan siempre en lo mismo: Mis valores jamás se negocian.

No me malinterpreten: no soy un idealista y no creo ser un pendejo (aunque eso puede analizarse en otro momento). La verdad es que si lo pienso, creo que siempre me he considerado un pragmático tantas veces que ya me lo estoy empezando a creer, ya que no entiendo la razón, el seguir mis valores y seguir el camino correcto siempre han estado de la mano.

No quisiera decir que soy una excelente persona, más no pienso que soy una mala persona. Digamos que estoy en un punto medio.

No puedo decir que he robado, ni jamás pensaría en robar. No puedo decir que si mis hijos tienen hambre no sería capaz de robar (espero nunca estar en esa situación), pero la verdad es que no me creo capaz de hacerlo. Y eso justamente es de lo que quiero hablar.

He escuchado muchas historias de personas rectas que se desvían (o por lo menos eso parece) de sus valores: Viniendo del país del que vengo, el cambiar de opinión de un día a otro es “pan nuestro de cada día”.

Para no extenderme mucho en el tema les comento mis valores:

  1. El honor y la integridad son los pilares de mis relaciones con el mundo.
  2. La familia siempre será más importante que cualquier otra cosa.
  3. El bien de los demás siempre será mi bienestar.

Siempre he pensado que los valores no deben ser una lista inflexible. Eso tres pilares han guiado mi vida adulta, y para ser honestos, creo que en ningún momento dejo de pensar en ellos.

La verdad es que quisiera que mis hijos tuvieran sus propios valores, sin importar cuáles sean… Aunque no les voy a mentir: voy a hacer todo lo posible para que mi hijo tenga los mismos valores que yo…

A final de cuentas, con tal de que entiendan el valor de ser fieles a sí mismos, creo que todo va a estar bien.

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